Hay momentos como este en los que siento algo bien extraño. Está a punto de terminarse el año, están a punto de terminar las clases, ya casi es mi cumpleaños. Es casi esa época del año, si esa época, mi favorita. Esa época que huele a navidad, que se llena de paz y tranquilidad por que no hay que estar pensando en la universidad. Esa época que por alguna razón pasa volando. Llega y se va como un sueño fugaz.
Son casi las 11 de la noche y a pesar de que tengo mil cosas que hacer y que leer aquí estoy, pensando en que va a pasar cuando todo termine. Pensando es ese glorioso mes en el que soy libre y puedo hacer y deshacer como yo quiera sin tener que pensar en trabajos o exámenes, ese mes en el que puedo simplemente ver al cielo y contar estrellas hasta dormirme sin pensar en levantarme temprano, ese mes que tenemos antes de volver a la realidad de nuestras vidas.
