82 días

Sí, lo leyeron bien, 82 días nos separan del internado (infiernado como algunos lo conocen). Es casi 11 de Octubre y a estas alturas del año no sé puede pensar en otra cosa más que en el hecho de que después de 6 años de carrera ya “tenemos” los conocimientos suficientes para ser doctores y salvar vidas. Y digo “tenemos” por que en realidad creo que nos falta mucho por aprender.

Para ser doctor se necesitan 8 años de estudio (esto sin contar especialidades y demás. Eso es otro pisto), pero en estos 6 años, en teoría, ya se nos dieron las bases necesarias para poder diagnosticar y tratar la enfermedad de una persona; por lo que los próximos 2 años son enteramente para aplicar estos conocimientos.

Y digo en teoría por que la verdad en la práctica me siento como la persona más ignorante de este mundo. A veces pienso que todas (mejor dicho la mayoría) las personas a mi alrededor saben mil veces más que yo.

En 82 días inicia el internado y se supone que tengo que valerme por mi misma y saber que hacer.

En 82 días se acaban los días en los que puedo decidir no ir a clase y quedarme durmiendo.

En 82 días se acaban los días de llegar temprano a mi casa y dormir toda la tarde.

En 82 días se acaban los fines de semana en los que pasaré durmiendo* en mi casa.

En 82 días voy a ser responsable por mis errores y por los de otros.

En 82 días voy a ser responsable de muchas vidas.

En 82 días voy a dejar de usar la gabacha de mangas cortas.

En 82 días voy a decirme a mí misma ¡¿QUE ESTABA PENSANDO CUANDO ME METI A ESTUDIAR ESTA CARRERA?!

Pero en 82 días voy a estar una paso más cerca de mi meta.

 

*Sí, lo que más voy a extrañar es dormir vv

El post que no fue

Entre actualizaciones y duchas se escaparon las palabras que quería escribir.

Hoy es día del padre…

 

Yo tenía 11 años cuando mi abuelo murió y a pesar de que a esa edad uno ya recuerda las cosas, pues resulta que me cuesta acordarme de él.

Recuerdo su olor a cigarro, que siempre usaba lentes oscuros, era alto y delgado, siempre nos decía cipotes y que los viajes a visitarlo siempre eran lo mejor.

Durante los 11 años que lo conocí, siempre vivió en alguna casita en el campo, primero en su casita de Comalapa y después a su casita en San José Villa nueva. Ir a visitarlo siempre era una aventura ir al campo y pasar todo el día subiéndonos a los arboles y explorando por ahí.

Recuerdo caminar quien sabe cuanto para ir al rio, ser perseguidos por una vaca blanca gigante que parecía odiarnos, perseguir pollitos por el terreno, sacar agua del pozo, cocoon el perro de mi abuelo que me daba pánico porque según recuerdo era gigante. Recuerdo que una navidad me regalo un traje de blanco de camisa desmangada que tenía dibujitos de anclas que eran azules.

Sé que mi abuelo vivió con nosotros un tiempo cuando lo operaron de un ojo, sé que el me compro mi pastel de cumpleaños cuando cumplí 3 años*, sé que durante ese tiempo también vivió con nosotros cocoon y aprendí a no tenerle miedo y a jugar con él. Yo sé que él estuvo ahí porque me han contado la verdad no lo recuerdo, solo recuerdo que cocoon siempre arruinaba mis pelotas porque las mordía.

A veces trato de recordar su voz, pero a mi memoria solo vienen esbozos de lo que en realidad era. Lo que si recuerdo es ver a mi abuelo parado en algún lugar de alguna de sus casas apoyado en la puerta o en algún pilar viéndonos jugar.

Hace 12 años que murió y hoy que fui a enflorar su tumba hay algo de lo que estoy segura. Él ni ha de voltear a ver su tumba porque se ha de enojar de solo ver que en la placa dice “Juaquín”

*Por alguna razón a mis papás solo me tomaron foto con el pastel y no con mi abuelo

Crónicas de neonatos

Cuando pusieron las rotaciones de Pediatría II y me di cuenta que mi última rotación sería en neonatos de mater no sabia que pensar…. Había escuchado historias de terror de ese lugar. Turnos eternos en los que no dejaban de llegar ingresos, hasta 5 ingresos de gemelos y quien sabe cuantos más de únicos, turnos con 2 o 3 ambus que duraban toda la noche, y así innumerables historias parecidas. Todo esto encima del hecho que en ese lugar se hacen turnos cada 4 día, cada 3 algunas veces.

La cosa es que llegue a neonatos con una gran aprehensión, no quería estar ahí, no quería hacer turno, no quería ni tocar a los bebés por que se podían quebrar.

Pero después de 2 semanas ahí siento que lo voy a extrañar. Los residentes son súper humanos que están a cargo de más de 100 bebés que van desde los 700gr (y a veces 500 gr), hasta los más de 4000 gr, los doctores de staff son tranquilos y se ve que les gusta enseñar, los bebés no se quiebran ni aun los más chiquititos y tocarlos es casi inevitable, y pues los turnos a mí por lo menos me tocaron turnos tranquilos con 2 o 3 ingresos, en los 4 turnos que hice solo 1 fue de gemelos quienes venían con ambu, pero los pasaron rápido a ventilador.

En estas 2 semanas aprendí a enrollar bebés así como los enrollan las enfermeras, aprendí que los bebés no se quiebran y tocarlos les hace bien, aprendí casi de memoria todas las indicaciones que les ponen a los bebés de mínimos aprendí que la mayoría de bebés que están ahí llegan por errores evitables en el manejo de la mamá, aprendí que no hay nada que le quite el mal humor a uno como llegar y chinear a uno de esos bebés.

Durante estas 2 semanas pasaron tantos bebés por neonatos que es imposible acordarse de todos, pero fue lo mejor que al irnos de ese lugar varios de los bebés que estaban en ventilador cuando llegamos ahora estaban sin siquiera la necesidad de oxigeno en la incubadora y no tenían tantos tubos y agujas en sus cuerpecitos.

Al final estas 2 semanas no fueron lo que esperaba, fueron mejores y pues creo que fue una buena rotación para terminar pediatría II.

 

Lo único malo del Bloom

Esta semana empezó la nueva rotación de pediatría y estar de regreso en el Bloom es la mejor parte del año…

En ese hospital no hay ni un día que sea aburrido o estresante, cualquier tipo de mal humor se borra automáticamente al ver tantos tiny humans.

Pero hay un lado malo de la moneda… Uno se encariña con esos tiny humans… Verlos ahí todos los días, jugar con ellos, dejar de poner atención en la tutoría por estar viendo que hacen; todo eso hace que uno se encariñe, pero siempre hay un tiny human con el que uno se encariña más. Esta vez es una niña, Se llama Abby, tiene 2 años y está ingresada no por enfermedad, sino por riesgo social. la encontraron en una cervecería con su mamá (quien aparentemente trabaja ahí y estaba ebria).

Desde que llegamos al Bloom ha estado ahí, jugando con todo el que se le acerca; es una personita terrible y muy independiente; ella solita se viste, se pone sus zapatos se sube y se baja de su cuna, va al baño sola, come sola etc. En los cuatro días que hemos estado en ese servicio nunca he visto a su mamá con ella, aunque dicen que por ahí ha llegado. Ahora ya tenía todo listo para que le dieran el alta, se la van a llevar al Hospital Zacamil y luego al ISNA, y muy probablemente el lunes que llegue ya no la vuelva a ver.

Sinceramente espero que su mamá se de cuenta de el tesoro que tiene y la pueda recuperar y cuidarla mejor para que no se pierda en el ISNA.

A veces no se como voy a sobrevivir…

Durante toda mi vida nunca me ha gustado mostrar mis sentimientos. No se por qué. Tal vez por que así son mis genes. No me gusta que la gente sepa como me siento. No me gusta sentirme vulnerable y normalmente soy buena para esconder mis sentimientos, pero después de seis años de estudiar medicina el contacto con tanta gente que lucha por sobrevivir día a día; que a veces no sabe ni que le pasa ni que le están haciendo, esta provocando que cada vez sea más difícil para mí ocultar lo que siento.

Hoy durante la tutoría  de la mañana en la que la Dra. nos lleva a la selección*, nos encontramos con una paciente como todas las pacientes de maternidad. Una señora humilde, con su delantal blanco y la cara marcada por una vida llena de obstáculos. Llego al hospital por referencia de Sonsonate. Normalmente en la selección solo entramos 1 con la Dra., pero esta vez fue diferente ella nos  metió a todos en ese cuartito en el que apenas cabemos 3 personas; resulta que la señora tenía un tumor en su pecho. El tumor era claramente maligno, no había donde perderse. Gritaba a todo pulmón: Soy maligno y estoy matando a esta señora.

Lo triste de la historia es que ella fue a consultar hace como 1 año y el “Dr.” que la atendió le dijo que era herpes y le receto una crema que la señora nos dijo valía 25 dólares y no la pudo comprar.

Ahora yo me imagino a esta pobre señora agarrado valor para ir a buscar a un doctor después de quien sabe cuanto tiempo de haber sentido algo extraño en su pecho. Me la imagino viajando, quien sabe cuantos kilómetros, a ella sola o tal vez con su esposo en busca del doctor más cercano para que este le diga que lo que tiene es herpes y la mande a su casa con un medicamento que sus condiciones no le permiten comprar. Y me la imagino viajando con alguien que no conoce hasta San Salvador por que al fin alguien que si sabe la mando al hospital de tercer nivel al que tenia que haber llegado hace 1 año cuando tal vez hubiera sido más fácil tratar su enfermedad.

A veces pienso en estas personas que estudiaron medicina, pero no se preocuparon por aprender o que ni siquiera voltean a ver a sus pacientes. Mi gente es humilde y confía en que la persona de gabacha blanca les va a ayudar; y lo mínimo que nosotros debemos hacer es eso, ayudarles o si nosotros no podemos aceptar nuestras limitaciones y enviarlos con alguien que si va a poder.

*Seleccion es el filtro donde llegan las pacientes por primera vez al hospital para ser mandadas a consulta dentro del hospital o a otro nivel de atención

Las vueltas que da la vida…

Durante toda mi vida nunca he cabido en el estereotipo de la mujer “normal”, nunca me ha importado el maquillaje, los accesorios, verme arreglada, ir a comprar la ropa que esta mas de moda, o cualquiera de todas esas tonteras que hacen que una pierda el tiempo.

Veía mi futuro y solo podía pensar en mí. Que iba a estudiar, a donde iba a trabajar, los lugares iba a conocer, en algún momento se me cruzaba por la mente que iba a tener hijos y un esposo, pero eso no era la prioridad. En mi soñar despierta la persona que estaba conmigo nunca tenia cara, era una persona desconocida que no cambiaba mis planes si no estaba ahí.

Pero resulta que desde hace un tiempo esa persona empezó a tener cara, empezó a formar parte de mis planes y por mas que tratara de evitarlo siempre estaba ahí. Trate de negarlo lo mas que pude, de dejar de pensar en eso. No me quería convertir en una de esas mujeres cuya vida gira entorno a él.

Ahora mis planes siguen ahí. Mi carrera, mi trabajo y los lugares que quiero conocer; la diferencia es que ahora hay alguien conmigo haciendo todo eso, y no solo eso si no que ahora la visión de mi futuro no acaba con lo que he pensado estudiar; ahora hay más, hay hijos, hay casas y hay toda una vida compartida con él.

Solo se necesita una día…

Después de tan solo un día de la nueva tutoría puedo decir que esta va a ser un millón de veces mejor que la anterior.

Se siente una gran diferencia estar con un tutor que se nota que le gusta enseñar a estar con uno que se dedica a hacer lo mismo todos los días sin salir nunca de la rutina que tiene desde hace quien sabe cuantos años. Esta rotación por partos promete ser una rotación interesante y emocionante…

Primera rotación terminada…

 Mañana toca rotar por partos… Espero tener la oportunidad de partear =D

De regreso a la realidad… Otra vez en mater

 

Bueno… Después de 2 maravillosos meses de vacación llego ese momento de regresar a clases. Ahora ya estamos a casi una semana de haber empezado y todo se siente como si las vacaciones nunca hubieran pasado.

Ahora de regreso en el hospital hay que conocer a las nuevas caras, nuevos doctores y nuevos interno, y además afrontar los nuevos retos, recordar lo aprendido el año pasado y aprender lo nuevo…

Estos días de regreso al hospital han sido días buenos. Buenos tutores y buenos compañeros. Ahora solo espero que el resto del ciclo siga así y que este año con sabor a internado sea uno bueno =)

Que raro esto a lo que le dicen felicidad

 

Mi cerebro no me deja escribir por que está lleno de ideas, pensamientos y palabras; todo eso en un revoltijo que no se deja ordenar para poder escribir lo que quiero escribir. No se por que será, pero podría ser por estar feliz… Aparentemente estas cosas no me dan mariposas en el estomago, si no que me dan en la cabeza y se quedan ahí revoloteando sin dejarse atrapar.

Esto es lo mejor que pude hacer bajo estas condiciones, pero a lo que quiero llegar es que este mes ha sido el más feliz de mi vida y espero vivir muchos mas como este =)